miércoles, 28 de agosto de 2013

Siempre me faltarán palabras y 'gracias' para las personas que me hacen grande.

He dejado de confiar,de esperar cosas bonitas y de calentar la silla esperando que la gente venga y lo haga todo. He preferido dejarme guiar por algún que otro consejo amistoso, pero sobre todo he preferido escucharme a mí. Escuchar lo que quiero, lo que de verdad me hace importante y lo que de verdad merece la pena. Escuchar a la gente que hace música para todos, aunque sobre todo la hace para sí mismo. Y es por eso que éstas líneas me piden a gritos que debo agradecerle a la música todo y más. Tendría que agradecerle no reprocharme nada, el estar ahí incondicionalmente, el hacerme disfrutar lo más grande, con la música he podido reír y llorar, saltar hasta sentir los pies cansados pero con más fuerza pisando que nunca y me he dejado la garganta gritando lo que quizás llevaba tiempo esperando para salir. Todo eso sentí entre mi primer barullo de gente, buscando desesperadamente con la mirada la entrada de alguien que sin quererlo al final de la noche nos iba a hacer a todos muy grandes y que los solos del guitarrista desbordarían nuestra cabeza endulzando nuestra parte más agria. Por eso hoy, mañana y siempre, mil gracias a Melendi y a su equipazo, por que esa noche hicieron dar guerra.
(Y que tienes un antojo en lo más bajo de las espalda dónde pierdo la memoria.)

jueves, 1 de agosto de 2013

'Fotografiando lunares desde la luna.'

'A veces me imagino sentada en la luna como si fuera un pequeño muñeco de madera con un reloj en el corazón. Desde allí observo las estrellas y las siento tan tan cerca que me aportan su calor. Mientras, oigo el 'tic, tac' del reloj acompasado a los latidos de mi corazón y pienso si en la otra parte de la luna, la cara que nunca nos deja ver, hay otro pequeño muñeco marcando sus 'tic, tac' al compás de su corazón y también del mío. Y así me siento cerca de alguien que a pesar de ser diferente y estar al otro lado de mi luna tiene algo en común conmigo, los 'tic, tac' de nuestro reloj, los latidos del corazón, la debilidad de sentarse allí para reír o reflexionar. La verdad no sé por que mi otra mitad no se deja ver, a pesar de ser distinto. Sólo sé que mientras mi muñeco de madera espera a enseñarme su debilidad, yo escucharé sus 'tic, tac' al compás de los míos y fotografiaré lunares dando pasitos de astronauta por la luna.'